Por: Sergio “Yeyo” Elizondo / @selizoni

El afortunado marido de Blake Lively con la suerte de ser el novio de Morena Baccarin en el cine, Ryan Reynolds, o como yo le digo «Ricardo Reynoso», está de vuelta. Deadpool tiene razón, Reynolds es un maldito ‘douchebag’, porque la secuela de su última ópera prima le quedo muy bien y ya le están lamiendo las bolas los críticos, lo cual seguro le sube el ego al mendigo (haters, tómenlo con sarcasmo, no vayan a empezar).

Tuvimos guardada la reseña por mucho tiempo, porque vimos la cinta el pasado 10 de Mayo. Lástima que es una película huérfana, ¡porque no tiene madre! No paramos de reír con las tradicionales estupideces de Deadpool. Y es que aunque no todos los chistes fueron efectivos, se le perdona porque el personaje lo justifica. Prepárense para muchas referencias tanto de Marvel como DC, y a un montón de insultos manchadisimos que llegará un momento en el que dirán «jajaja ya wey, te pasas».

Sin embargo, lo más importante de la película es la historia. Tras una tragedia, Deadpool tiene que reencontrarse y definir un nuevo objetivo en su vida. Mientras tanto, Cable llega de su tiempo/espacio a corregir un evento, cual Terminator, que tiene repercusiones en el futuro. Sin más detalles, esperen de nuevo la aparición de los X-Men de la primera película. Habrá cameos sorpresa, así que pelen los ojos. No parpadeen. Verán la primera aparición del equipo X-Force, el cual ya ha sido mencionado en los promocionales, pero hay un giro de tuerca muy gracioso que no verán venir. En resumen, no confíen en los anuncios. Mejor véanla.

Aunque algunos efectos fueron deficientes, la acción es impactante, entretenida e ingeniosa. ¿Qué puedes hacer con un personaje que puede sobrevivir a todo? ¡Espera y veras! Hay momentos muy intensos tanto físicos como dramáticos. No es una típica película de una sola nota, como dirían los críticos. Vas a reír, llorar, gritar y no solo por sus chistes.

Las secuelas no siempre son buenas. Bien sabemos que hay una maldición detrás de ellas. Pocas franquicias logran tener éxito en el segundo o tercer intento. Creo que Deadpool 2 logró el objetivo. Por encima de todo, la escena post créditos quizá sea la mejor que hemos visto en años, sino es que la mejor de todas.

Ryan Reynolds, maldito chavo ruco guapo y de cartón, seguro se lava la carita con agua y con jabón. Se desenreda el pelo con peine de marfil, que se ha comprado con las ganancias de esta pinche cinta. Envidia de la buena.

Sergio “Yeyo” Elizondo es un mexicano viviendo en Estados Unidos. Amante del cine y de los videojuegos desde pequeño. Ingeniero de día, ñoño común todo el tiempo.

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